Decenas de empleados del Sistema de Salud Henry Ford de Detroit han presentado una demanda en la que alegan que la exigencia del hospital para que reciban las vacunas COVID-19 viola su derecho constitucional a la integridad corporal.
Alrededor de 50 enfermeras, médicos y otros empleados de Henry Ford presentaron el lunes una demanda ante el tribunal federal de Detroit en la que afirman que el mandato les obliga a elegir entre exponerse a una vacuna novedosa y potencialmente dañina o abandonar sus carreras en el sector sanitario.
Los demandantes afirman que, hasta el 20 de agosto, más de 13.000 personas en Estados Unidos que recibieron la vacuna COVID-19 han muerto y más de 30.000 han sufrido discapacidades permanentes o han puesto en peligro su vida. Citaron estadísticas de informes no verificados en el Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los trabajadores de Henry Ford también presentaron una moción para obtener una orden de restricción temporal que impida a Henry Ford aplicar el mandato hasta que se resuelva la demanda.
Según la demanda, Henry Ford adoptó en junio una política que hace obligatorias las vacunas COVID-19 para todos los empleados y voluntarios. Según esta política, los trabajadores deben vacunarse antes del 10 de septiembre y los que no lo hagan serán suspendidos y se les dará hasta el 1 de octubre para cumplir con la normativa o se enfrentarán al despido, según los demandantes.