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Hace algunos días, la administración Trump anunció la terminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) que permite a los inmigrantes de El Salvador trabajar y vivir legalmente en los EE.UU.
Por lo que Jason De León, profesor asociado de antropología en la Universidad de Michigan, quien ha pasado los últimos cinco años estudiando la migración indocumentada a los EE.UU., así como la migración desde América Central a través de México opinó acerca del tema.
«El final del TPS para más de 200.000 salvadoreños es una jugada política cruel que va en contra de los ideales estadounidenses de ser un país compasivo fundado por inmigrantes y que debe proporcionar refugio a los necesitados”, dijo De León.
«Esta cancelación causará estragos en nuestras comunidades locales debido a la amenaza real de redadas de deportación draconianas y (que si se realizan) enviarán a la gente a un país donde el riesgo de muerte es realmente aterrador. Esto no es simplemente una cancelación de un programa de inmigración humanitaria. Esta es una sentencia de muerte para muchos”.
Recientemente, el Portal en Español de la universidad de Michigan, presentó una entrevista con el profesos acerca del fenómeno de la inmigración desde Centro América a este país
En años recientes, miles de inmigrantes indocumentados han llego a este país, procedentes de varias naciones de Centro América, algo que conoce muy el profesor De León, quien respondió a unas preguntas hechas por el Portal en Español de la Universidad de Michigan.
¿Por qué hay tantos inmigrantes de América Central que intentan entrar en los EE.UU.?
De León: Las condiciones son especialmente graves en El Salvador y Honduras. Están huyendo de una de las tasas de homicidios más altas del mundo. Están huyendo de la pobreza, la violencia, toda una serie de dificultades, y se les ha dado básicamente algunas opciones: quedarse en estos países y la muerte, o arriesgarse a morir durante la migración.
Para algunas de las personas siendo deportadas a estos lugares, esto es una sentencia de muerte. Muchos de los jóvenes que huyen de lugares como Honduras dicen: «Mira, si vuelvo, que me van a matar en la calle. Por eso me fui. Mataron a mi familia, a mi madre, a mi hermano… soy el único que quedó, así que no tenía otra opción». Cuando enviamos esa gente para atrás, sabemos que los estamos enviando a una muerte potencial.
Los que sí recibieron estatus de protección que les permite trabajar y vivir legalmente en los EE.UU., ¿No deberían estar mucho mejor cuando regresen?
De León: Las personas que han estado aquí bajo estado protegido durante muchos años, ahora se enfrentan a un nuevo conjunto de riesgos. Tenemos personas que han sido capaces de acumular algo de capital, que son percibidas como estadounidenses ricos o migrantes ricos. Si envías esas personas de nuevo a El Salvador y Honduras, se convierten en blancos aún más grandes, ya que pueden ser considerados para un rescate, explotados en todo tipo de formas. Están en más peligro ahora a causa del tiempo que pasaron en los EE.UU.
Levantar esa protección y enviarlos de vuelta a estos países es cruel y peligroso e increíblemente desalmado.
Muchas personas que se oponen al fin del TPS dicen que podría aumentar la inmigración ilegal a los EE.UU. ¿Cómo es esto?
De León: Sabemos que son gente muy vulnerable, que son muy fácil de explotar en estos países porque llevan muchos años fuera del país y cuando regresan a sus países las maras y todas las organizaciones criminales saben que ellos vienen con dinero, que ellos vienen con conexiones a los Estados Unidos, entonces son más fácil de explotar, mucho más que los jóvenes que están saliendo ahorita.
La gente que está aquí ahorita tiene mucho tiempo viviendo aquí, tienen familias, tienen relaciones sociales con sus comunidades. Deportarlos a un país muy peligroso, de los cuales llevan tiempo afuera, esto es muy muy peligroso y muy cruel. Tan pronto como lleguen allí dirán «Tengo una opción y sólo una opción, que consiste en migrar a los EE.UU. ilegalmente y para volver a entrar en el país para volver a la única vida que conozco actualmente.»
Si he estado aquí por 25 años y tengo a mi familia aquí y me envían de vuelta a lo que se ha convertido en un país desconocido y peligroso para mí, voy a ser el primero en un autobús fuera de esos lugares. Esta idea de eliminar el estado de protección va a matar a mucha gente.
Por ahora en Estados Unidos, los casi 200,000 salvadoreños afectados por la terminación del TPS se encuentran en un limbo y tienen hasta el 9 de septiembre de 2019 para abandonar el país o para obtener una tarjeta verde que les permita quedarse en el país.