Un porcentaje de la población, especialmente los que viven en estados republicanos y/o cristianos evangélicos está comenzando a indicar que no piensa vacunarse por el momento.
La oposición a la vacuna tiene sus raíces en una mezcla de fe religiosa y una largo exceptisismo en la ciencia convencional, y se ve alimentada por una desconfianza cultural más generalizada en las instituciones y la gravitación hacia las teorías conspirativas en línea.
Hay alrededor de 41 millones de blancos evangélicos adultos en Estados Unidos. A fines de febrero, cerca del 45 por ciento de ellos dijo que no se vacunaría contra el COVID-19, lo cual los convierte en el grupo demográfico menos propenso a la vacunación, según el Centro de Investigación Pew.
Sin embargo, dado que los motivos para no vacunarse se han propagado tan rápido como el virus a lo largo del Estados Unidos evangélico y blanco, los funcionarios de salud pública esperan superarlo a través de la inmunidad de rebaño.
Lo preocupante, según Anthony Fauci, Director de la Agencia Nacional para las Alergias y Enfermedades Infecciosas, es que EE.UU. no podrá alcanzar la inmunidad de rebaño hasta que al menos el 75 por ciento de la población no esté vacunada plenamente. Y ese número es difícil de alcanzar mientras exista tanta resistencia en estos segmentos de la población.
El tamaño de la comunidad plantea un problema importante para la capacidad del país de recuperarse de una pandemia que ha provocado la muerte de medio millón de estadounidenses. Y las ideas y los instintos evangélicos suelen diseminarse, incluso a nivel internacional.
También, la vacuna está generando fuertes enfrentamientos entre algunos estados y las autoridades locales. Zonas, como las de Nueva York, han comenzado a exigir pruebas de vacunación para poder ingresar a cierto tipo de eventos que hasta ahora estaban prohibidos como conciertos y convenciones en espacios cerrados.
De acuerdo con una nueva encuesta de Axios-Ipsos, un 31 por ciento de las personas, que se identifican como republicanos (es decir cerca de 50 millones de personas), dicen que no piensan vacunarse contra el coronavirus.