La pandemia de COVID-19 puso de relieve la salud pública, llamando la atención sobre las deficiencias en la atención sanitaria en función de los códigos postales, la raza, el sexo y los ingresos.
Aunque se ha prestado mucha atención a los problemas de salud a los que se enfrenta Detroit, hay otras comunidades que se enfrentan a verdaderos problemas de salud pública que han quedado ocultos por la forma en que se recogen los datos.
Dearborn está intentando cambiar esta situación mediante la creación de un nuevo departamento de salud más de una década después del cierre del antiguo departamento de salud. El objetivo de mejorar la salud de los residentes de Dearborn es el mismo, pero el cómo es un nuevo enfoque basado en datos.
Según el alcalde de Dearborn, Abdullah Hammoud, la contaminación del aire procedente de las fábricas del extremo sur de la ciudad sigue siendo un problema hoy en día.
«El extremo sur de Dearborn, que limita con el suroeste de Detroit, es el epicentro del asma en el estado de Michigan, donde las tasas de asma son de dos a cuatro veces mayores», dijo Hammoud.
Está reiniciando el departamento de salud de Dearborn con el objetivo de integrar las consideraciones sanitarias en todas las decisiones de la ciudad. Dice que el primer paso es recopilar datos para entender los retos sanitarios de Dearborn. Los árabes americanos se consideran blancos en muchos estudios y eso oculta problemas únicos.
«Dentro de la comunidad árabe-americana, las enfermedades crónicas, como la diabetes u otros problemas relacionados con el corazón, tienen tasas de prevalencia más altas. Por eso sabemos que tenemos que tener programas más sólidos y culturalmente apropiados», dijo Hammoud.
El alcalde afirma que la nueva atención a la salud ya está dando sus frutos. El impacto en la salud llevó a su administración a retirar terrenos que estaban listos para ser vendidos a industrias que empeorarían el aire y el medio ambiente de la ciudad. En este caso, la política es primero no hacer daño.
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